viernes, 21 de mayo de 2010

La tienda de barrio





No sé si os habrá pasado alguna vez ir a la tienda del barrio y tener delante a una clienta comprando un pollo al que le quiere sacar el máximo rendimiento.

-  "Separa las alas, contramuslo, y menudillos para el caldo"
- " Las pechugas me las haces para rebozar"
- " Los muslos me los abres para hacer a la plancha"

¿Tenéis idea de las horas que pierde el pollero en atender esos pedidos?

Posiblemente por esa razón da lo mismo que te lleves el pollo entero o troceado, los dos están al mismo precio en previsión a las demandas de cada cual.

Es cierto que a los pequeños comercios no les queda más remedio que acceder a esas peticiones si quieren competir con las grandes superficies, pero la comodidad de algunos la terminamos pagando todos.

El público valora mucho la calidad, la atención personalizada, y la proximidad, así como la especialización en productos artesanales como son las albóndigas, croquetas, hamburguesas, salchichas, o redondos de pollo que se suelen preparar en la misma tienda a la vista de todos. Supongo que por esa razón  pagamos más por el mismo producto en nuestra tienda habitual.

En los hipermercados podemos encontrar envasados de pollo de diversos precios y calidades. Hay que afinar mucho el ojo y fijarse en la fecha de caducidad y en el aspecto de la carne. Esta debe ser firme y no tener olores extraños.



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Gracias por vuestros comentarios y observaciones. Todos y cada uno de ellos son bien recibidos, y tenidos en cuenta. Gracias también por tener la generosidad de transmitir a través de vuestros blogs todos esos conocimientos que me han sido tan útiles para mejorar, y seguir aprendiendo.
También mi más sincero agradecimiento a todos esos anónimos aficionados a la cocina que dedican parte de su tiempo a ver mis recetas. Espero que la visita les pueda ser de utilidad.
Un beso, y un abrazo grande a todos.